Desde la Playa de la Puntilla

Manolo Morillo (El Puerto, 1957), actor portuense que mamó las tablas desde la infancia a través de su padre, el locutor Pepe Morillo. Ha pertenecido a los grupos Teja, Bellas Artes, Balbo, T.I.B. y Tirititrán Teatro. Actualmente colabora con Diario de Cádiz. El próximo proyecto en el que se encuentra inmerso es la preparación de una obra de Muñoz Seca dentro de los actos conmemorativos previstos para la inauguración del Teatro Principal, bajo la dirección de José L. Alonso de Santos.

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Lugar: El Puerto de Santa María, Cádiz, Spain

«Que Dios nos guarde de generales y funcionarios que son los principales enemigos del arte» decía Stanislavski en 1900.

martes, mayo 09, 2006

El TEATRO QUE NO TENEMOS


El primer coliseo del que se tienen noticias consignadas en documentos oficiales es el que se construyó en ‘Las casas del Palacio’, la antigua bodega de José de la Cuesta. Este teatro, edificado para representaciones de ópera italiana, y construido por el empresario y director de compañía Nicolás Setaro, se inauguró el 14 de abril de 1754 con la obra ‘El gran Alejandro’. El Ayuntamiento, al cabo de un año, prohibió las representaciones y sostuvo pleito con el empresario, hasta hacerle desbaratar el teatro y vender sus despojos en pública subasta.
En el año 1788 –vuelta a la carga-, construyó José de la Flor una ‘Casa de comedias’ en la calle Misericordia, que estuvo funcionando hasta que ‘nuevamente el Ayuntamiento lo volvió a prohibir’. Este señor elevó recurso a la Casa de Castilla, en el cual se quejaba de que en El Puerto no se permitiese lo que en otras ciudades de Andalucía. Años más tarde, sobre este mismo terreno, se manda edificar otro teatro, que estuvo funcionando hasta que Críspulo Martínez dotó a El Puerto de un teatro en la entonces calle Cánovas del Castillo, hoy Luna.
A lo largo de la historia, nos damos cuenta que nuestra ciudad ha pasado un verdadero calvario para mantener un teatro con sus puertas abiertas. Quizá no nos lo merezcamos. En la actualidad, en El Puerto no existe ningún edificio al que podamos denominar teatro. Si Nicolás Setaro levantara la cabeza y viera que en los albores del siglo XXI El Puerto está como si un Fray Diego José Caamaño convertido en fuego, se hubiera pasado por nuestra ciudad en el año 1984, y el más puro estilo moralista de la época nos hubiese dejado sin coliseo, estoy seguro pensaría que estamos avanzando hacia la edad de piedra de nuevo, o por lo menos de piedra se hubiera quedado él.
Es de pura farsa, comprobar como en todos los programas de intenciones de los partidos políticos de nuestra ciudad ha aparecido la construcción de un nuevo teatro, sin que hasta la fecha se vea tan siquiera un mínimo movimiento por parte de sus responsables. En contrapartida, si damos un vistazo a nuestro alrededor y más concretamente en las ciudades hermanas de Cádiz, con su Gran Teatro Falla restaurado; San Fernando, con el Teatro de las Cortes en vías de rehabilitación; Puerto Real, con su Teatro Principal restaurándose, y Jerez de la Frontera, palabra esta de frontera que parece que va sobrando pues poco a poco va perdiendo su sentido en bien de todo lo que le puede beneficiar y más concretamente con el intento de recuperación del teatro Villamarta.
Después de todo este panorama, observamos que El Puerto, la denominada ciudad de los cien palacios, de momento sólo tiene noventa y nueve, porque mientras los portuenses no consigamos recuperar nuestro teatro, y en el mismo sitio donde estaba, a la ciudad le seguirá faltando un palacio... para la comedia.

Manolo Morillomanolomorillo@hotmail.com
Artículo publicado en Tribuna Libre el domingo 4 de noviembre de 1990
Diario de Cádiz