Desde la Playa de la Puntilla

Manolo Morillo (El Puerto, 1957), actor portuense que mamó las tablas desde la infancia a través de su padre, el locutor Pepe Morillo. Ha pertenecido a los grupos Teja, Bellas Artes, Balbo, T.I.B. y Tirititrán Teatro. Actualmente colabora con Diario de Cádiz. El próximo proyecto en el que se encuentra inmerso es la preparación de una obra de Muñoz Seca dentro de los actos conmemorativos previstos para la inauguración del Teatro Principal, bajo la dirección de José L. Alonso de Santos.

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Lugar: El Puerto de Santa María, Cádiz, Spain

«Que Dios nos guarde de generales y funcionarios que son los principales enemigos del arte» decía Stanislavski en 1900.

lunes, agosto 21, 2006

¡AY, CARMELA!


Con los vencidos el pueblo llano pasaba hambre, con los vencedores el pueblo llano la pasó también, decía Bertol Brech. Los inocentes en tiempos difíciles, cuando la vida y la sociedad se tambalean, cuando vienen mal dadas, siempre llevan las de perder. Aunque la risa esté recomendada como método antiestrés, hay momentos en que esa sonrisa te duele en el alma y remueve tus cimientos. La noche teatral del sábado en El Puerto, con la puesta en escena de la tragicomedia de José Sanchís Sinistierra ¡Ay, Carmela!, reivindicó en su justa medida esa memoria histórica que a más de uno no interesa recordar. Las sombras que proyectaban las columnas del Patio Porticado de San Luís, se convirtieron por momentos en los vetustos muros vacíos del Teatro Goya de Belchite, donde el dramaturgo valenciano sitúa la acción, y nos cuenta los avatares de unos cómicos de la legua durante los días aciagos de la Guerra Civil Española. El reconocido director, y galardonado entre otros con el Premio Nacional de Teatro, Miguel Narros, crea unos personajes que conmueven al espectador, además de demostrar, una vez más, el sólido acabado formal propio de sus obras. “Carmela y Paulino variedades a lo fino”, es la compañía en la que una magistral Verónica Forqué demuestra junto a Santiago Ramos, el compromiso de unos actores con un texto y un público que, respetuoso, sigue con exquisita atención el trabajo de dos monstruos de la escena, combinando sabiamente los aspectos jocosos y dramáticos que propone el autor. Es digno de admirar el esfuerzo actoral que realizan con una obra llena de matices, y donde el recurso del flash back obliga a un empuje adicional para que resulte creíble la historia que cuentan. Y a fe que lo lograron. El público asistente – que llenó nuevamente el aforo-, se levantó en bloque con un aplauso cerrado cuando Paulina despidió la escena invocando a España con amargura. Con una escenografía muy lograda donde la luz juega un papel fundamental y de ayuda a los actores, el sonido de sala dejó mucho que desear, y en algunos momentos se hizo insufrible para el buen desarrollo de la obra. Aún sabiendo que en espectáculos al aire libre es en ocasiones dificultoso afinar, la categoría del festival pide a gritos se reconsidere este tema para el futuro.
Manolo Morillo - manolomorillo@hotmail.com
Crítica teatral - Festival de Teatro de Comedias de El Puerto - Páginas de Cultura
Diario de Cádiz