RIAU-RIAU
Habiendo entrado ya en el tiempo del nacimiento helíaco de Sirio, la canícula veraniega nos invita a realizar todo tipo de actividades al aire libre, este año mucho más llevaderas debido al ponientito con el que ha entrado el mes de julio, cosa que los autóctonos agradecemos sobre manera. Hacía tiempo que no se recordaba un mes de julio tan liviano en calores y con la necesidad de recurrir en más de una ocasión a la sábana nocturna para cubrir nuestra osada desnudez. El famoso fraile de la capucha anda un tanto despistado y no sabe donde colocar el brazo ejecutor de su predicción atmosférica, pero como buen anacoreta que es se ha plantado en el “inseguro” y de ahí no hay quien lo mueva. San Ilídio el desconocido, segundo santo del día siempre a la sombra de San Fermín, que es el que se lleva toda la gloria, pasa del famoso encierro y del txupinazo y dice que este año se viene a El Puerto a jugar al tangram o juego de los sietes elementos en la casa de retiro que tienen los jesuitas en la playa de los curas. El santo varón anda detrás del dichoso jueguito desde que se enteró que si conseguía pasar un hilo por los siete agujeros de una aguja el séptimo día del séptimo mes, onomástica de los fermines, la suerte le cambiaría radicalmente, y en ello anda desde hace siglos. En previsión de quedarse a dos velas un año más, ha solicitado los servicios de “El Chicuco” recadero, esa eco-mensajería local y metropolitana de aires añejos, para que le acerque el BOLETÍN CULTURAL con el fin de estar al tanto de la programación cinéfila de verano que tan sabiamente nos regala Antonio Ahucha una temporada tras otra. Es una verdadera delicia sentarse en la improvisada sala veraniega de San Luis, bajo el techo de nuestra galaxia porteña, y con el desenfado que aprendimos en los tristemente desaparecidos cines Colón, Macario, Florida y Cinema España, degustar un buen bocadillo de carne mechá convenientemente regado con la inigualable cruzcampo, y el olor inimitable a celuloide del bueno que se respira entre los cine-adictos asistentes. Los sanfermines culturales, que duda cabe, se celebran en El Puerto, el tal Ilídio tiene donde elegir: desde el Bahía Jazz Festival a la muestra de títeres “Los cristobitas”, desde los conciertos bajo la luna en la Plaza Colón al Festival de Teatro de Comedias, desde los martes de la Academia de Bellas Artes a los espectáculos de flamenco en la peñas... Y como remate de los tomates, recomiendo un buen paseo de atardecer playero con la lectura de cualquier libro de poemas de Ángel Mendoza, Julio Rivera o Juan García Larrondo. Riau-riau. Amanece sobre El Puerto y que salga el Sol por donde quiera.
Manolo Morillo - manolomorillo@hotmail.com
Desde la Calle Luna
Diario de Cádiz
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