CARTAS DE AMOR...
Ahora que está tan en boga el uso y disfrute del correo electrónico, resulta que una militante de primera división y un militante de segunda del partido político independientes portuenses, han decidido cartear su desamor cual jóvenes enamorados a través de las páginas de Diario de Cádiz. La prensa rosa nacional –esa que vive de airear las miserias de los demás- se debe andar frotando las manos ante el filón pseudopolíticosentimental que les ha estallado delante de sus propias narices. Lo paradójico de todo esto es que, cuando dos enamorados con “carrera superior” se tiran los trastos a la cabeza, utilizan todo su intelecto para ver quien hace más daño a quien, sin pararse a pensar por un instante el flaco favor que se hacen a sí mismos, y lo que es peor, que le hacen a El Puerto. Si nos paramos a pensar un poco, la verdad es que los portuenses no nos queremos privar de casi nada. Tenemos espectáculo asegurado allá por donde vayamos, incluso creo que ya hemos pasado a ser clásicos en los estudios que realizan las grandes empresas sociológicas para explicar como se degradan las ciudades con señorío como lo fue la nuestra. Quiero pensar que tan sólo les mueve su afán por mantener el aseo democrático dentro del partido al que pertenecen, porque como decía Pío Baroja en su libro Los amores tardíos, el dinero es el gran disolvente de todas las virtudes. Se empieza vendiendo chocolate o zapatillas, se sigue vendiendo acciones de sociedades y se acaba vendiéndolo todo, aunque sea a la mujer y los hijos. Cierta clase de dignidad necesita un clima espiritual especial, una temperatura fija; pasada ésta, o no llegando a ella, esa dignidad se pierde. El dinero es el gran putrefactor social, el gran disolvente. De todas formas mal ejemplo el de estos dos ex-concejales. En fin, allá ellos, que con su pan se lo coman. Probablemente tenga algo que ver con todo esto la entrada de las calores, ya que como es sabido, cuando se acerca la noche de San Juan, todo es posible, al menos todo lo sobrenatural, por algo es la noche más corta del año. En esta ocasión imagino que los vecinos de Crevillet harán uso de esas horas nocturnas mágicas, en las que "los espíritus salen de paseo" y se producen fenómenos extraños, para además de realizar su tradicional “quema de juanillos”, encomendarse y rendir tributo al astro que da luz y calor en su día de mayor intensidad, pidiéndole que no pierda su fuerza ni su vigor para que nos libre de una vez por todas de las garras del maligno. Es el sueño de una noche de verano. Amanece sobre El Puerto y que salga el Sol por donde quiera.
Manolo Morillo - manolomorillo@hotmail.com
Calle Luna
Manolo Morillo - manolomorillo@hotmail.com
Calle Luna
Diario de Cádiz
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