Desde la Playa de la Puntilla

Manolo Morillo (El Puerto, 1957), actor portuense que mamó las tablas desde la infancia a través de su padre, el locutor Pepe Morillo. Ha pertenecido a los grupos Teja, Bellas Artes, Balbo, T.I.B. y Tirititrán Teatro. Actualmente colabora con Diario de Cádiz. El próximo proyecto en el que se encuentra inmerso es la preparación de una obra de Muñoz Seca dentro de los actos conmemorativos previstos para la inauguración del Teatro Principal, bajo la dirección de José L. Alonso de Santos.

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Lugar: El Puerto de Santa María, Cádiz, Spain

«Que Dios nos guarde de generales y funcionarios que son los principales enemigos del arte» decía Stanislavski en 1900.

martes, agosto 22, 2006

PEQUEÑAS OBRAS MAESTRAS: P.O.M.


Es muy sutil la línea que separa el sarcasmo del esperpento, encontrándose este último dentro de una estética de la deformación basado en la crítica máxima, sin límite y sin compasión alguna. La última entrega de teatro alternativo del Off Festival en la Sala Poniente de El Puerto, cumplió con las premisas marcadas por Rafael Ponce, autor, director e intérprete de Pequeñas Obras Maestras (P.O.M). Saber declinar la extravagancia, lo estrafalario, la caricatura, el ridículo y hasta la deshumanización, es el principal empeño de este actor madrileño, que se vale de su larga experiencia como trotamundos del teatro, para intentar transmitir al público sus consignas antisistema. Pero Ponce toreó en la plaza del absurdo con división de opiniones; recordaba a la última corrida a coso partido que se lidió en El Puerto, en el que la gente no sabía a que parte mirar. O los novillos eran muy chicos o los morlacos muy grandes. Basado en movimientos constantemente preñados de simbología gestual, no dejó títere con cabeza y convirtió su representación en un pim, pam, pum, continuo, hacia todo y hacia todos. Entre burlas a Rajoy el de las nalgas blandas, y sátiras mordaces al nuevo tótem del prime time televisivo Buenafuente, deja entrever el por qué de su propuesta teatral: “cuando uno se siente joven, es que ya se va haciendo viejo”. De egomaníacos tildó a los actores, y a los autores de egomaníacos sin burbujas en un intento de congraciarse con el mundo. Su puesta en escena, sobria y minimalista, no le ayudó en exceso a conectar con los que estábamos detrás de la cuarta pared. Utilizó el agujero negro como punto de inflexión entre el arte y el sufrimiento, invocando con absurda demagogia la dicotomía existente entre el hambre del mundo y el mundo del arte. Todo un tratado. Como diría Valle “La deformación deja de serlo cuando está sometida a una matemática perfecta”.
Manolo Morillo - manolomorillo@hotmail.com
Crítica teatral - Festival de Teatro de Comedias de El Puerto (Off Festival)- Páginas de Cultura
Diario de Cádiz