VALORACION XV FESTIVAL DE TEATRO DE COMEDIAS
Se apagaron los focos en el Patio Porticado de San Luis Gonzaga y con ellos, bajó el telón del Festival de Teatro de Comedias de El Puerto de Santa María que este año celebraba su decimoquinta edición. Lo que empezó como una apuesta cultural más dentro de las actividades veraniegas portuenses, se ha ido convirtiendo a lo largo de los años en un punto de referencia obligado para todo aquél que quiera estar al día en lo que a comedia teatral se refiere. En nuestro Festival, pionero en el país entre los dedicados al teatro de comedias, nos hemos encontrado esta temporada con una programación en la que han tenido cabida desde el musical, con la opereta cómica ‘El Mikado’ de W.S. Gilbert y adaptación de la compañía catalana Dagoll Dagom, al melodrama familiar de ‘Filomena Marturano’, protagonizado por los premios nacionales de teatro Concha Velasco y Héctor Colomé. También hemos tenido sitio para la tragicomedia con el buen sabor de boca que nos dejaron Verónica Forqué y Santiago Ramos, en su magistral interpretación de ¡Ay, Carmela! de Sanchís Sinistierra. Pablo Carbonell con ‘La curva de la felicidad’, y Pedro Osinaga y Joaquín Kremel con su cinematográfica ‘extraña pareja’, cumplieron con las expectativas creadas, siendo quizás la adaptación de la de Miura ‘Tres sombreros de copa’ la que menos caló entre los espectadores. La presentación en El Puerto de Antonia San Juan y el reencuentro de Ramón Rivero con la bahía, hicieron el contrapunto del teatro a cielo abierto dentro del Festival con sus hermenéuticos monólogos vitales. Por otra parte, es de agradecer el esfuerzo realizado con la programación del Off Festival, que en su segunda edición va tomando cuerpo y goza ya del respeto necesario entre los seguidores del teatro alternativo. Acertada por otra parte, ha sido la decisión de instaurar un curso práctico de interpretación del teatro de Muñoz Seca, impartido por el dramaturgo José Luis Alonso de Santos. Con esta iniciativa se abre una nueva puerta a la participación activa de aquellas personas que quieran ahondar más profundamente en las técnicas teatrales. Probablemente hayamos echado de menos el teatro de calle y la comedia clásica, que en otras ediciones han asomado por el Festival, y que creemos son necesarios dentro del mismo. También ha desaparecido el Taller de Teatro Infantil al que tan socorridamente acudían los padres mientras veían las representaciones. Y por fin parece que se va a solucionar de una vez por todas el engorroso asunto de la compra de abonos, propiciándose un sistema aún por determinar que se supone hará desaparecer las antiestéticas y demoledoras colas pre-festival. De todas formas hay que reconocer que la infraestructura técnica del certamen, ha tomado el carril de no retorno hacia la profesionalización, y hoy por hoy no tiene nada que envidiar a ninguno de su género. A nadie se le escapa que programar teatro en el mes de agosto, cuando las compañías suelen cerrar por vacaciones, y de las que giran, no todas están preparadas para actuar al aire libre, es tarea harto complicada. Es por ello por lo que en esta edición hay que hacer una mención especial al equipo de programación de la Concejalía de Cultura, ya que han logrado completar uno de los carteles más redondos de los últimos años. El público, cada vez más experto en atender y mirar comprensivamente una obra de teatro, así lo ha manifestado llenando los aforos de San Luís, la Bodega de Mora de Osborne y la incipiente Sala Poniente. El objetivo primigenio de difundir, promocionar y estudiar la comedia como género teatral, está en el buen camino y en muy buenas manos. Alegrémonos todos.
Manolo Morillo - manolomorillo@hotmail.com
Desde la Calle Luna
Diario de Cádiz
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