RECUERDOS DE LA PLAYA DE LA PUNTILLA
Mis primeros recuerdos de la portuense Playa de la Puntilla datan de la década de los años 60 del siglo pasado, cuando de muy pequeño iniciaba el camino a la playa con mis padres y hermanos. Los preparativos nos ilusionaban a todos: la nevera con el agua fresquita, los bocadillos de foagrá para la merienda, y los aperos propios de cualquier niño de la época –léase cubo, pala y rastrillo-, sin olvidarnos del pandero que nos hacía mi padre con papel de periódico y caña. Tengo que reconocer que la ilusión del inicio de la marcha, se mezclaba con la tortura de ir andando con todos los tiestos a cuesta desde mi casa de la calle San Juan hasta el tan ansiado baño playero. Todavía no circulaba el autobús urbano en nuestra ciudad, y cuando lo tuvimos, rápidamente surgió el gracejo portuense bautizándolo popularmente como Coche de la Barriada. Nuestro recorrido a pie solía ser casi siempre el mismo, calle San Juan abajo, Plaza de la Iglesia, Pagador, Santo Domingo y San Bartolomé adelante hasta llegar a la casa de Domingo Renedo donde ya empezaba el Camino de los Enamorados. Tenía su explicación. Mi abuelo Manué conocido en el mundo de las personas del campo como El Corcha, era el capataz de la finca de Las Dunas, donde hoy día se encuentran las instalaciones de Medio Ambiente. Y cuando pasábamos por el huerto que él cuidaba, le llevábamos el costo-merienda que la abuela preparaba con su cariño habitual. Él nos esperaba siempre con la sonrisa en la boca y un camaleón en la mano, dándonos pábulo para el inicio de nuestros primeros juegos infantiles.Intuyo pasados los años, que lo que verdaderamente hacía mi abuelo Manué era avisarnos de que las generaciones futuras –mis hijos, los hijos de mis hijos, etc.- no iban a poder disfrutar en plenitud, de la naturaleza que nos rodeaba en ese momento por culpa del desarrollo mal entendido de personas que se llenan la boca y los bolsillos de la palabra Puerto, sin importarles un comino la herencia de todo a cien que van dejando detrás.
Manolo Morillo

